En pleno Renacimiento, en Milán, la familia Sforza ordenó la construcción de uno de los complejos arquitectónicos más importantes de la ciudad. Este complejo estaría formado por una iglesia y un convento, dedicado a María de las Gracias. Su nombre es Santa Maria delle Grazie y, todavía hoy, es uno de los edificios más bellos de toda la ciudad. En cuanto a patrimonio artístico, pocos pueden competir con este especial conjunto. Quizás únicamente la Catedral de Milán. Los motivos son muchos, uno sobre el resto, pues es en Santa Maria delle Grazie donde se encuentra La Última Cena de Leonardo da Vinci, una visita imprescindible en Milán. La pintura se ubica en uno de los muros del convento, en el refectorio.
Pero la iglesia merece la pena en su conjunto, es una construcción de gran belleza. No podía ser de otra manera cuando artistas del calibre de Bramante pusieron su parte. Santa Maria delle Grazie es un rincón de magia, guardián de la historia y arte de Milán.
Fruto de la Milán renacentista
En el 1463 la familia Sforza poseía el poder y control del ducado de Milán, una etapa que cambió la historia de Milán gracias a su crecimiento económico y artístico.
En este año la familia decide construir Santa María delle Grazie, una iglesia con un convento para los dominicos. Pero los Sforza eran gente interesada en el arte. Para la obra contrataron al arquitecto Guiniforte Solari y, posteriormente, para modificar el ábside y el claustro, a Bramante.
Puede que éste último, Bramante, fuera también el responsable de la construcción de la cúpula, aunque no se puede asegurar con seguridad.
Sea como fuere, el resultado al final de las obras, en el 1490, fue radiante. Santa Maria delle Grazie tiene lo mejor de la arquitectura renacentista. Un edificio que combina con perfecto equilibrio el mármol con ladrillos de terracota, lo que le aporta además un colorido peculiar y personal. El ábside y la cúpula dan, sin llegar a destacar demasiado, un brillo mayor al edificio que compensa la superior seriedad de la fachada. Un ejercicio estudiado de proporciones, colores y arquitectura.
Los Sforza quedaron satisfechos con el resultado. De hecho, algunos miembros de la familia escogieron el lugar como su última morada.
En el interior la decoración no fue menor. Artistas como Tiziano, uno de los mayores genios del renacimiento, dejaron frescos que iluminaban el lugar. Sin embargo, toda la fama se la llevaría Leonardo da Vinci.
La Última Cena en Santa Maria delle Grazie
Ya con Santa Maria delle Grazie finalizada, Ludovico Sforza, uno de los grandes mecenas del Renacimiento, contrató a da Vinci para realizar una pintura en el convento.
Durante tres años, da Vinci trabajó en la pintura hasta finalizarla en el 1498. Aunque él nunca la consideró terminada. Así quedaría La Última Cena de Leonardo da Vinci en el refectorio de Santa Maria delle Grazie. Nacía una de las obras maestras más importantes de todos los tiempos.
Ya en tiempos de Leonardo, grandes talentos del Renacimiento acudieron a admirar la pintura que da Vinci había realizado en el convento. Las alabanzas fueron casi momentáneas y desde su creación se convirtió en una referencia para los artistas del momento y por los siglos venideros.
Leonardo da Vinci había representado la última reunión de los apóstoles con Jesús de una forma completamente innovadora y con una técnica y creatividad increíbles. Da Vinci mostraba la escena justo después del anuncio de Cristo en el que reconocía que entre ellos había un traidor.
El movimiento de toda la escena, las expresiones de los personajes, su variedad y al mismo tiempo, simetría y equilibrio, convirtieron ‘La Última Cena’ en mucho más que una pintura.
Visitar Santa Maria delle Grazie
La iglesia de Santa Maria delle Grazie se puede visitar gratuitamente todos los días. Sin embargo, para visitar la pintura de Leonardo da Vinci hay condiciones mucho más estrictas para promover la conservación del mural.
Un máximo de 25 personas pueden entrar a la vez y las entradas se organizan cada 15 minutos, que es el tiempo máximo que se puede permanecer en la sala donde se encuentra la pintura.
El horario de visita para ‘La Última Cena’ es de martes a domingo de 08:15 a 19:00. Siendo la última entrada a las 18:45.
El precio de la entrada es de 12€. Existe un precio especial para la gente entre 18 y 25 años: 7€. Para los menores de 18 y mayores de 65 el precio es de 2€.
Precisamente por todas estas medidas y dificultades para visitar y reservar, lo mejor es visitar Santa Maria delle Grazie y ‘La Última Cena’ de da Vinci formando parte de un tour.
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